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Enfermedades
Dolor en niños. Decálogo de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas

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Los niños también sufren dolor. ¿Qué hacer?
¿Qué es el dolor?
Es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a un daño tisular real o potencial, o que se asemeja a él. En esta sensación subjetiva influyen factores psicológicos y emocionales que la modulan.
Ante la importancia de ello en los niños, la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP) por medio de su grupo de analgesia y sedación ha creado un decálogo, que nos parece puede ser de ayuda a las familias:
- Los niños, incluidos los bebés pueden tener dolor. Se sabe que también el feto es capaz de sentir dolor desde la semana 24 de gestación. Un mismo estimulo doloroso puede generar un dolor diferente en distintos niños.
- No negar o minimizar el dolor de los niños. El dolor no tratado a esta edad temprana tiene consecuencias tanto psicológicas como fisiológicas y puede hacer que estímulos dolorosos futuros desencadenen más dolor.
- Se puede medir el dolor en los niños. El autoinforme del dolor es lo más adecuado para niños lo suficientemente mayores como para hacerlo. En los más pequeños existen escalas validadas para evaluar los diferentes niveles de dolor.
- El estrés y la ansiedad aumentan la percepción del dolor. Los niños con frecuencia no han tenido esas experiencias previas y ante un estímulo doloroso tienen menos estrategias de afrontamiento. En ocasiones el miedo a lo desconocido puede magnificar este dolor. Debemos ayudarles a que se sientan seguros mediante nuestras palabras y nuestro comportamiento.
- Existen métodos NO farmacológicos para ayudar a aliviar el dolor. El control del dolor y la ansiedad que conlleva es un desafío que exige creatividad y capacitación continua de las personas o cuidadores. La distracción, el dar o recibir determinada información, la relajación o los masajes pueden aportar beneficios para aliviar el dolor en muchas ocasiones.
Se debe acudir a urgencias:
- Ante un dolor, de cualquier localización, muy intenso, contínuo, que empeora con el tiempo o que no responde a los analgésicos habituales.
- Si el niño tiene afectación del estado general y esta decaído, pálido o sudoroso o si asocia síntomas importantes como fiebre y dolor de nuca, vómitos repetidos, verdosos o con sangre o deposiciones negras o con sangre.
- Si el dolor se localiza en un testículo o en la parte inferior derecha del abdomen.
- Si el dolor aparece después de un golpe importante en la cabeza o el abdomen.
- Si el niño ha sido operado con anterioridad o si padece algunas enfermedades crónicas, como drepanocitosis o bien ha sufrido un traumatismo y tiene trastornos de la coagulación.
Se aconseja consultar con su pediatra de atención primaria si:
- Es un dolor no muy intenso pero recurrente y que aparece con frecuencia.
- Despierta al niño por las noches o interfiere con su actividad habitual (actividades escolares, juegos...) apareciendo en cualquier momento de la semana o del día.
- Cuando hay síntomas a otros niveles: dolor de articulaciones, tos, molestias al orinar, lesiones en la boca, vómitos, cambios de carácter, adelgazamiento, debilidad, cansancio...
- Existe dolor de extremidades pero que afecta solo a una extremidad, localizado siempre en el mismo lugar.
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.
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