Contaminación Atmosférica y Salud Respiratoria en la Infancia y Adolescencia
La calidad del aire está estrechamente relacionada con el clima del planeta y los ecosistemas de todo el mundo.Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica (CA) o contaminación del aire (tanto del exterior como del interior) es la presencia en él de agentes químicos, físicos o biológicos que alteran las características naturales de la atmósfera. Es uno de los principales problemas de salud pública en el mundo. Los contaminantes más preocupantes para la salud pública son las partículas en suspensión (partículas inferiores a 2.5 y 10 micras, conocidas como PM2.5, PM10), el monóxido de carbono (CO), el ozono (03), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO3).
Los datos de la OMS muestran que casi toda la población mundial (el 99%) respira un aire que supera los límites recomendados por la Organización y contiene altos niveles de contaminantes; además, estos datos indican que la exposición es más elevada en los países de ingresos medianos y bajos.
La evidencia ha demostrado que la CA provoca una elevada morbimortalidad respiratoria y de otros tipos en la población en general y en aquellos grupos vulnerables en particular. La población pediátrica es especialmente vulnerable a sus efectos adversos debido a características propias como: frecuencia respiratoria aumentada y menor estatura; instinto exploratorio que les hace exponerse más a contaminantes; un sistema inmunológico y respiratorio en desarrollo; nula capacidad de decisión. Todo ello va a hacer que ventilen más aire por kilo de peso y lo que está contenido en él.
Dentro de los efectos de la CA en la salud respiratoria de los niños queremos destacar el asma, en el que se ha demostrado una asociación positiva entre su exposición y el aumento de exacerbaciones tanto en frecuencia como en gravedad. Además, la exposición a largo plazo a la CA se ha visto que podría afectar el crecimiento y el desarrollo pulmonar, resultando en una función pulmonar reducida que puede persistir hasta la edad adulta (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, EPOC), causando síntomas respiratorios como tos, sibilancias o disnea incluso en niños sin patología respiratoria de base asociada.
Las infecciones respiratorias son otro punto a tener en cuenta, ya que se sabe que los contaminantes pueden debilitar el sistema inmunológico de los niños, haciéndolos más susceptibles a infecciones respiratorias de vías bajas.
Por todo ello, desde el Grupo de Trabajo de Tabaquismo y Medio Ambiente (GTTMA) de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP), creemos que parte de nuestra responsabilidad es transmitir este conocimiento y concienciar al resto de sociedades científicas, población y autoridades competentes, sobre el gran problema de salud actual que supone la CA para la salud global y, respiratoria en particular en la infancia y adolescencia. Además queremos proponer las posibles medidas que podríamos tomar para mejorar esta situación.
Medidas dirigidas a los entes gubernamentales:
1. Mejorar la Calidad del Aire: implementar y hacer cumplir regulaciones más estrictas sobre las emisiones industriales, vehiculares para reducir la concentración de contaminantes atmosféricos.
2. Redoblar las políticas frente al tabaquismo. Aumentar los espacios públicos libres del humo del tabaco como parques, playas, terrazas y otros. Hacer cumplir las regulaciones allá donde no se cumplen, como sucede habitualmente en el entorno de los centros sanitarios. Esta aplicación, “Respir App”, puede ayudarte a dejar de fumar, método científico avalado por la Asociación Española contra el Cáncer, con una tasa de éxito del 60%.
3. Monitoreo y divulgación de datos de calidad del aire: establecer un sistema robusto de monitoreo de la calidad del aire y divulgar los datos al público en tiempo real para que las personas puedan tomar decisiones informadas. Aumentar el número de estaciones de control del aire en entornos urbanos y rurales.
4. Aumentar los espacios verdes y zonas de bajas emisiones. Las ciudades necesitan más anillos verdes que mitiguen los efectos de los contaminantes atmosféricos. Crear zonas de bajas emisiones en áreas urbanas densamente pobladas, especialmente cerca de escuelas y parques infantiles. Fomentar el contacto con la naturaleza y la actividad física en entornos con más vegetación. Fomentar proyectos como
5. Promover el transporte sostenible. Incentivar el uso del transporte público, bicicletas y vehículos eléctricos para disminuir la contaminación vehicular.
6. Programas educativos: Implementar programas educativos creados en colaboración entre entes gubernamentales y sociedades científicas, para concienciar a la población sobre los efectos de la CA y las maneras de reducir su exposición y contribuir a la mejora de la calidad del aire. Más educación ambiental a profesionales y usuarios.
Medidas dirigidas a las familias:
1. Utilizar herramientas de control de la calidad del aire. Informarse acerca del índice de calidad del aire (ICA o AQI, de sus siglas en inglés). En casi todas las aplicaciones del tiempo preinstaladas en el móvil lo tenemos.
2. Evitar la exposición en días de peor calidad del aire. Limitar las actividades al aire libre de los niños en días con altos niveles de contaminación y/o uso de mascarilla FFP2 en exterior en su defecto.
3. Ventilación adecuada. Mantener una buena ventilación en el hogar: ventilar cuando la calidad del aire exterior sea adecuada, evitarla cuando no sea favorable (evitar que la contaminación exterior entre en el hogar).
4. Evitar la acumulación de contaminantes en el hogar. El principal contaminante del hogar es el humo ambiental del tabaco, productos de limpieza y gases de cocina. Decídete a dejar de fumar. Que tu hogar y vehículo sea un templo de “buenos humos”. Reduce los compuestos orgánicos volátiles (COV): reduce los productos de limpieza, así como suavizantes, ambientadores, insecticidas y otros.
5. Valorar el uso de filtros HEPA. Los filtros HEPA generalmente capturan partículas como humo, polvo, bacterias, polen y más. Estos filtros ayudan a protegernos de respirar contaminantes potencialmente dañinos dentro de nuestros hogares y otros ambientes interiores.
Medidas de acción tomadas desde la SENP:
1. Incentivar la investigación y desarrollo de la salud ambiental pediátrica. Aunar a los pediatras interesados en la salud respiratoria en grupos de trabajo como el presente, para mejorar la salud ambiental de la infancia y adolescencia.
2. Fomentar el uso de dispositivos de polvo seco. Reducir con ello la huella de carbono derivada de los aerosoles de los dispositivos presurizados.
3. Fomentar la formación y capacitación en salud ambiental en la infancia y adolescencia a los profesionales que trabajen con la infancia y la adolescencia.
4. Difundir y replicar proyectos de mejora de salud ambiental. “Bosque para la salud” pretende que cada bebé que nazca crezca vinculado a un árbol, incorporando un ‘bosque para la salud’ a la cartera de servicios terapéuticos en cada uno de los hospitales con maternidad de España. Otro proyecto es “Caminando al Cole”, de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Este tipo de programas constituyen modelos para la innovación social en la prevención y control del exceso de peso infanto-juvenil y de la CA urbana en las ciudades.
5. Estudiar la exposición a los diferentes contaminantes atmosféricos en la población pediátrica. Caracterización de la población: pondremos en marcha un proyecto sobre la caracterización de los contaminantes atmosféricos a los que están expuestos los niños y niñas que residen en nuestro país mediante el uso de pulseras inteligentes con captadores de compuestos contaminantes.
La contaminación ambiental representa una amenaza significativa para la salud respiratoria de los niños. Es fundamental que tanto gobiernos como sociedades científicas y familias tomen medidas proactivas para mitigar estos riesgos. Con un enfoque conjunto en políticas públicas efectivas y prácticas cotidianas saludables, podemos proteger la salud respiratoria de nuestros niños y niñas y proporcionarles un futuro más saludable.
Es la era de la Salud Única (One Health, del inglés), entendida como un enfoque integral y unificador cuyo objetivo es equilibrar y optimizar la salud de las personas, los animales y los ecosistemas. Utiliza los vínculos estrechos e interdependientes que existen entre estos campos para establecer nuevos métodos de vigilancia y control de enfermedades.
Referencias:
- Organización Mundial de la Salud (OMS). Contaminación del aire y salud infantil.
- Agencia de Protección Ambiental (EPA). Efectos de la contaminación del aire en la salud.
- Tratado SENP-SEPAR de Neumología Pediátrica. Contaminación y salud respiratoria (capítulo 60).
- El ambiente y su impacto en la salud maternoinfantil: ¿a qué nos enfrentamos? Un llamamiento a la reflexión y a la sensibilización. Guía FAROS.