El 8% de la mortalidad infantil en verano se debe a ahogamiento



Nota de prensa
  • El 73% de las muertes se produce en piscinas privadas.
  • Hasta un 90% de los siniestros se podría evitar adoptando unas mínimas recomendaciones.
  • En la mayoría de las ocasiones se deben a imprudencias y descuidos por parte de los padres y los niños.
  • La legislación todavía es permisiva respecto a la regulación de muchas actividades de riesgo en menores.

Madrid, 2 de junio de 2010.- En unas semanas el curso escolar finalizará y, con ello, dará inicio a una de las épocas de más riesgo para la población infantil y juvenil. Según los datos que maneja  el Comité de Seguridad y Prevención de Accidentes de la Asociación Española de Pediatría, en el período estival aumentan los accidentes infantiles, siendo uno de los más frecuentes los ahogamientos que representan el 8% de las muertes. El 73% de la mortalidad asociada a los mismos se produce en las piscinas privadas. También se observa un aumento de las lesiones por caídas con la bicicleta y las asociadas a la práctica de deportes acuáticos.  

Las lesiones se han convertido, según comenta el doctor Jorge Parise, miembro de este Comité, en la principal causa de mortalidad infantil en Europa por encima del año de vida, superior a la ocasionada por el cáncer o por las enfermedades respiratorias. Además, estas lesiones generan importantes secuelas: hasta el 25% de los niños y adolescentes ingresados por accidentes tendrá consecuencias importantes a nivel del sistema nervioso central: trastornos del desarrollo psicomotriz, problemas neurológicos por traumatismos medulares, músculo-esqueléticos, cutáneos o psicológicos. “Sabemos que por cada niño que fallece por una lesión en zonas de recreo o en el hogar, otros 2.000 ingresan en los servicios de urgencia o son atendidos en los centros de salud”.  

En los meses de verano, el riesgo de accidentes aumenta debido, según relata el doctor Parise, al mayor tiempo libre, la práctica de deportes que no se realizan en otros momentos, a las imprudencias y descuidos por parte de los padres y los niños “y, sobre todo, en el caso de las lesiones graves o mortales, a la escasa percepción social de que los accidentes son una enfermedad medioambiental ya que el niño –explica- se enfrenta a situaciones que no puede controlar”.  

“Las lesiones siguen constituyendo un problema al que nos enfrentamos cada año –afirma el presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el profesor Serafín Málaga-. Por ello, desde la AEP hemos puesto en macha distintas iniciativas y participamos con organismos nacionales e internacionales en programas de protección de la infancia y prevención de los accidentes. Estimamos que con la adopción de unas medidas, basadas en recomendaciones básicas, se podrían evitar la mayoría de estos accidentes”. 

Ahogamientos

Los ahogamientos son, hoy por hoy, la segunda causa de mortalidad infantil entre los niños de uno a cuatro años y se producen con mayor frecuencia en las piscinas privadas que en las públicas. “En este tipo de lesiones –destaca el doctor Parise- es donde debemos extremar las medidas de prevención ya que poco podemos hacer cuando un niño se cae al agua sin que nadie se haya percatado. La consciencia se pierde a los dos minutos y el daño cerebral es irreversible a los cuatro o seis minutos”.  Tan sólo vallando las piscinas de forma regulada se logra un 95% más de protección. Asimismo, se recomienda la utilización de elementos de flotación en los niños “y en la medida de lo posible detectores que alertan de cada entrada en el agua, aunque ninguna de estas medidas pueden reemplazar a la vigilancia por parte de padres o cuidadores”. 

En niños más mayores y adolescentes, también se produce una tasa considerable de ahogamientos “inclusive en jóvenes que saben nadar”. Una parte de los mismos se produce por el uso de toboganes (cerca del 20%) y otros por los saltos al borde de la piscina (15%). En el mar abierto, son los adolescentes el principal grupo de riesgo, “sobre todo cuando se asocia al consumo de alcohol”. 

Los nuevos deportes, sobre todo acuáticos, también están aumentando cada año las estadísticas de lesiones en los niños. La práctica de windsurfing, las motos acuáticas, las piraguas, los neumáticos u otros instrumentos hinchables o tan sólo el buceo provocan lesiones graves, que incluyen el ahogamiento y lesiones músculo-esqueléticas o medulares importantes.  

“No podemos impedir que se practiquen estos deportes pero es necesario sentar las bases para una buena práctica de los mismos –asegura el doctor Parise- y que afecta no sólo a los padres sino también a la legislación vigente, a la enseñanza de la seguridad en distintas edades y, por supuesto, a la calidad del material que se utiliza en la práctica de deportes y juegos veraniegos”. A veces con normas tan básicas como la utilización de elementos de flotación o no permitir realizar ciertos deportes hasta los 18 o 16 años dependiendo del mismo se podría mejorar la seguridad infantil de forma sustancial. 

De igual forma, sucede con los cascos cuando los niños montan en bicicleta. “Todavía es frecuente ver a familias por la carretera o el arcén sin llevar el casco o con uno inapropiado para garantizar la seguridad del niño”. Sólo el 17% lleva casco cuado sale en bici a pesar de que la utilización del mismo y fijado correctamente podría disminuir una lesión craneal y cerebral entre el 60-80%. “Por otro lado, en Reino Unido se ha comprobado que reduciendo los límites de velocidad a 30km/h en las zonas urbanas se disminuye un 48% los accidentes de tráfico de ciclistas y un 70% los fallecimientos de niños que estaban en la calle”.  

Falta de regulación

A diferencia de lo que sucede en otros países, la legislación en materia de seguridad está poco desarrollada en España. “Por ello, tanto desde las instituciones como desde las sociedades científicas estamos reclamando una mayor regulación y la aplicación de las mismas. Existe una enorme cantidad de leyes y regulaciones en las comunidades autónomas, provincias o ayuntamientos –explica- pero no están debidamente evaluadas y  no siempre resultan eficaces”. Según lamenta este especialista, “es un pena que la adaptación rápida de la legislación española con el uso de motos acuáticas, en respuesta al ahogamiento de dos jóvenes extranjeros en nuestras costas, no se aplique con la misma celeridad en otros deportes de riesgo”. 
 

PREVENCIÓN DE LESIONES

RECOMENDACIONES DEL COMITÉ DE SEGURIDAD Y PREVENCIÓN DE ACCIDENTES

LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PEDIATRÍA 

Piscinas

Los ahogamientos son la segunda causa de mortalidad infantil en niños pequeños entre uno y cuatro años y se producen, sobre todo, en las piscinas privadas. Tan sólo con colocar una valla que impidiera el acceso no controlado de los niños a la piscina y el uso de flotadores se podría evitar la mayoría de los ahogamientos. También, se aconseja extremar el cuidado en piscinas con tobogán o cuando los niños están al borde a la piscina.  

Submarinismo y buceo

Un niño no es lo mismo que un adulto: su cuerpo se enfría más deprisa, por lo que las inmersiones no deben durar más de 10 minutos en aguas frías y no más de 25 minutos en aguas cálidas (submarinismo).  

Se recomienda que los niños menores de 12 años no practiquen submarinismo y para aquellos que realizan buceo con tubo es fundamental un equipo de flotación adecuado y enseñarles unas señales básicas para que puedan trasmitir cómo se siente en cada momento. En aguas frías se debería usar traje isotérmico, también recomendado para evitar abrasiones. 

Navegación

La navegación de recreo produce más accidentes mortales relacionados con el trasporte después de la circulación por carretera. Las lesiones más frecuentes son los golpes con la botavara (palo de la vela) y la caída por la borda. La principal recomendación es exigir que los niños lleven en todo el momento el chaleco salvavidas y que al menos viajen tres adultos en la embarcación cuando viajen menores. Asimismo, se les debe advertir a los niños donde se encuentran las hélices y explicarles los riesgos que conlleva.  

Deportes acuáticos

Las motos acuáticas tienen una fama merecida de ser vehículos peligrosos, por ello, se deben extremar aún más las precauciones con los mismos impidiendo su uso a menores de 18 años e inclusive sería interesante exigirles algún permiso de navegación que acredite algún conocimiento. El casco y otras medidas protectoras (mitad de un traje isotérmico) deben ser obligatorios tanto para el que conduce la moto como posibles pasajeros. Asimismo, se debería prohibir el salto de olas. 

Las playas se llenan además de neumáticos u otros aparatos hinchables que en ningún caso deberían ser manejados por niños y en el caso de que vayan sujetos a una embarcación se deben extremar las precauciones ya que sucede con frecuencia que puedan ser lanzados donde están otras embarcaciones.  

En el caso del kitesurf se debe exigir como edad mínima los 18 años y se aconseja que hayan recibido previamente un curso de formación. Entre los elementos de protección, no se puede olvidar el caso y el chaleco. Los menores si puede practicar el windsurf pero siempre bajo vigilancia y equipados con botas, guantes, casos y flotadores. 

Bicicletas

El caso, es sin lugar a dudas, el salvavidas ante las caídas o atropellos en bicicleta.   La legislación es, en este sentido, deficiente ya que solo se exige en carreteras comarcales, excepto si hace calor o hay cuestas pronunciadas. Se debe recomendar la utilización de los casos homologados.

Para más información: Gabinete de prensa. Tlno: 91 787 03 00

Teresa Obregón: 687 72 02 80. tobregon@plannermedia.com

Pilar Berengena: 687 72 02 87.pberengena@plannermedia.com

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