Antibiótico. Fluoroquinolona de segunda generación. El moxifloxacino posee actividad frente a los microorganismos grampositivos y gramnegativos. Es más activo que el ciprofloxacino contra los microorganismos grampositivos, entre ellos los neumococos. El moxifloxacino no actúa frente a Pseudomonas aeruginosa ni Staphylococcus aureus resistentes a meticilina (SARM). El moxifloxacino presenta menos resistencia frente a M. tuberculosis que ciprofloxacino y ofloxacino.
Tratamiento de las siguientes infecciones bacterianas, causadas por microorganismos sensibles. Solo debe utilizarse cuando no se considera apropiado el uso de otros agentes antibacterianos que son habitualmente recomendados para el tratamiento inicial de estas infecciones o cuando estos han fracasado en la resolución de la infección (E: off-label):
Neumonía adquirida en la comunidad, excepto en casos graves:
Tratamiento en segunda línea de la tuberculosis multirresistente (E: off-label).
Uso en Pediatría: las quinolonas producen artropatía de las articulaciones en animales en crecimiento y, por eso, no suelen recomendarse para los niños y adolescentes en fase de crecimiento. Sin embargo, se ignora la repercusión de este efecto en humanos y, en determinadas condiciones, la administración a corto plazo de quinolonas puede estar justificada en niños, sin que sea de primera elección.
La AAP indica algunas de las circunstancias en que las fluoroquinolonas pueden ser útiles (E: off-label).:
Adolescentes: 400 mg una vez al día vía oral.
Niños: 7,5-10 mg/kg una vez al día vía oral.
Tratamiento de ántrax sistémico (incluida meningitis) (datos limitados). Administrar como parte de triple terapia, durante 2-3 semanas o más tiempo hasta criterios clínicos de estabilidad.
Profilaxis quirúrgica preoperatoria (datos limitados).
Niños y adolescentes = 10 mg/kg 120 minutos preintervención (máximo: 400 mg/dosis).
Tratamiento de la tuberculosis (resistente a multifármacos) (datos limitados): usar en combinación en función de la susceptibilidad. Algunos datos sugieren que se precisan dosis más altas en lactantes y niños para alcanzar concentraciones plasmáticas similares a las de los adultos que reciban una dosis estándar.
Insuficiencia renal y hepática:
No se requiere ajuste de dosis en pacientes con insuficiencia renal de leve a grave, ni en pacientes sometidos a diálisis crónica (por ejemplo, hemodiálisis) ni a diálisis peritoneal ambulatoria. Los datos en pacientes con insuficiencia hepática son escasos.
Hipersensibilidad a moxifloxacino, otras quinolonas o a alguno de los excipientes. Pacientes menores de 18 años (de acuerdo con la ficha técnica autorizada).
Pacientes con historia de trastornos en los tendones asociada al tratamiento con quinolonas. En pacientes con alteraciones cardiacas previas:
Alteración de la función hepática (Child Pugh C) y en pacientes con un aumento de transaminasas 5 veces por encima del límite superior de la normalidad.
Vigilar signos de tendinitis o ruptura de tendón, interrumpir el tratamiento si aparecen dolor o hinchazón. El riesgo de rotura aumenta con el uso concomitante de corticoides.
El tratamiento con quinolonas puede provocar convulsiones. Por ello, deben utilizarse con precaución en pacientes con trastornos del sistema nervioso central que puedan tener una predisposición a padecer convulsiones o una reducción en el umbral de estas.
Vigilar la aparición de síntomas de neuropatía periférica tales como dolor, quemazón, hormigueo, entumecimiento o debilidad muscular (especial precaución en casos de miastenia gravis).
Las quinolonas pueden causar reacciones de fotosensibilidad en algunos pacientes. Se debe advertir a los pacientes para que eviten la exposición a radiaciones ultravioletas o a la luz solar intensa o de manera prolongada durante el tratamiento con moxifloxacino.
Los pacientes con historia familiar o con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa son propensos a sufrir reacciones hemolíticas al ser tratados con quinolonas. Por tanto, moxifloxacino debe usarse con precaución en estos pacientes.
Posibles reacciones de hipersensibilidad graves incluso mortales: vigilar e interrumpir tratamiento si aparece rash, ictericia, fiebre, alteraciones hematológicas.
Vigilar posible aparición de diarrea por Clostridium difficile.
Trastornos hepáticos graves (incluyendo hepatitis fulminante): vigilar aparición de astenia, ictericia.
No hay datos específicos en niños. Se describen solo las reacciones adversas observadas en todos los ensayos clínicos con moxifloxacino 400 mg (oral y terapia secuencial) frecuentes (1-10%), muy frecuentes (>10%) o de relevancia clínica; para el resto consultar la ficha técnica.
Con excepción de la diarrea y las náuseas, todas las demás reacciones adversas se observaron con una frecuencia inferior al 3%.
Excipientes (evitar en caso de anafilaxia a dichos componentes):
Presentaciones comerciales: las presentaciones disponibles en España pueden consultarse en línea en el Centro de Información de Medicamentos de la AEMPS (CIMA), http://www.aemps.gob.es/cima.
Fecha de actualización: noviembre de 2020.
La información disponible en cada una de las fichas del Pediamécum ha sido revisada por el Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría y se sustenta en la bibliografía citada. Estas fichas no deben sustituir en ningún caso a las aprobadas para cada medicamento por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) o la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
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