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La Asociación Navarra de Pediatría es una de las sociedades pediátricas regionales más jóvenes. En el año 2002, un grupo entusiasta de pediatras navarros constituyó una Asociación de carácter autonómico (comunidad foral de Navarra), que no ha parado de crecer en estos 23 años. Hoy representa a 220 asociados, de los cuales 160 están inscritos en la sección de atención primaria.

Entrevista a Ignacio Iribarren, presidente de la Asociación Navarra de Pediatría

¿Cómo ves la situación actual de la Atención Primaria en pediatría en esta región?

Nuestra comunidad foral siempre ha tenido un elevado prestigio en cuanto a los servicios asistenciales públicos y privados, especializados y primarios. Lamentablemente ese prestigio se ha ido deteriorando, aunque en el caso de la pediatría y específicamente de la pediatría de atención primaria, la calidad asistencial y el reconocimiento ciudadano se mantienen en niveles muy elevados. La accesibilidad a las consultas de atención primaria, un elemento de gran valor para la población, es excelente en pediatría y, tal y como revela una encuesta que hemos realizado entre los asociados, una buena dimensión de los cupos poblacionales y una relativa autonomía de organización y gestión de la actividad, están detrás de este buen parámetro de calidad percibida.

No nos escapamos de dos problemas casi generales a nivel del estado español: dificultad para la cobertura estable y por pediatras, de determinadas plazas geográficamente inaccesibles, y la falta de profesionales con especialidad pediátrica para cubrir plazas vacantes en el entorno rural, y también en vacaciones y bajas.

La Asociación, a través de su Junta Directiva, lleva dos décadas y especialmente en las tres últimas legislaturas, manteniendo un régimen de interlocución técnica con el departamento de Salud para trasladar nuestra visión y propuestas de solución a algunos de los problemas que presenta específicamente la pediatría de atención primaria en Navarra. Hace una década, fuimos los primeros en alertar del problema de recambio generacional que iba a producirse. Navarra fue, en el año 1984, de las primeras comunidades autónomas en implantar el nuevo modelo de atención primaria en el que la pediatría era un recurso clave. También en ese momento se desarrollaron los servicios de Pediatría de dos hospitales comarcales. En consecuencia, 30 años después, era evidente que se iba a producir una abrupta marea de jubilaciones de todos aquellos pediatras y lamentablemente no había mecanismo MIR suficientemente desarrollado como para compensar la salida de tantos profesionales. Esa falta de previsión provocó problemas serios de cobertura en muchas plazas que ni siquiera con médicos no especialistas en Pediatría se ha podido solventar. La reacción, lenta pero contundente, del aumento de las plazas docentes, debe seguirse de un doble reto en el que la Asociación también está colaborando: conseguir que los residentes tengan una adecuada rotación en atención primaria con tutores preparados y motivados y que los residentes que finalicen decidan quedarse en nuestra comunidad autónoma. Para ambas cuestiones, desde la Asociación partimos de la premisa de que no solo las condiciones retributivas, sino también las condiciones técnicas, son un elemento de atracción y retención para los profesionales. Por esta razón, instamos a la Administración a que mejore los recursos técnicos para aumentar la resolutividad de las consultas, con test de diagnóstico rápido, ecografía, bilirrubinometría, etc., y propugnamos la autonomía en la organización y gestión de las consultas con tiempo de dedicación a la formación continuada y a la investigación en atención primaria.

¿Y en la atención hospitalaria? ¿Qué medidas mejorarían la asistencia?

La atención hospitalaria pediátrica en Navarra se realiza en dos hospitales comarcales y un hospital terciario. A nivel de cartera de servicios, todas las áreas de conocimiento específico de ámbito hospitalario están presentes, pero su dimensionamiento no siempre coincide con la demanda potencial, lo que obliga, más aún si fuera posible, a establecer un mecanismo de coordinación entre niveles y entre profesionales muy potente.

El reconocimiento oficial de las ACE’s desde luego que es una condición necesaria pero no suficiente para una atención de calidad y seguridad. Algunos pensamos que son ya muchas décadas hablando de la coordinación entre niveles y que ya ha llegado el momento de trascender de ese modelo y caminar hacia un modelo de integración funcional.

En el caso de la atención a la infancia y adolescencia, teniendo en cuenta que somos una comunidad autónoma de tamaño geográfico y poblacional contenido en la que los profesionales de uno y otro nivel tienen muy buenos vínculos, sería posible un modelo de organización y gestión integrado con una adecuada distribución de recursos . Así lo hemos expuesto y propuesto en los foros a los que hemos sido convocados, especialmente en la actual legislatura en la que el Departamento de Salud está redactando una nueva Ley Foral de Salud que podría recoger variantes organizativas y de gestión como la expuesta.

¿Cuáles son los problemas de salud en los niños y adolescentes de Navarra que más preocupan a los pediatras? ¿Cuál sería el camino para solucionarlos?

Nuestra obligación y vocación como pediatras de atención primaria es mantener el radar alerta ante la aparición de nuevas patologías o nuevas formas de presentación de patologías conocidas. Y lo que se constata es que, mientras se encuentran razonablemente controladas las patologías infecciosas, las estrategias vacunales se han consolidado y la patología de base orgánica está bajo control y disponemos de medios diagnósticos y farmacológicos de alta eficacia, el radar detecta un importantísimo crecimiento de las patologías de rango psicosocial que, afectando preferentemente a la adolescencia, se están extendiendo a edades más tempranas.

También diría que lo que más preocupa actualmente a los pediatras son las consecuencias en salud de los usos inadecuados. Por ejemplo, en la alimentación, tanto en cantidad como en calidad, que lleva a unos niveles de sobrepeso y obesidad en Navarra que, según los últimos datos registrados, si bien son mejores que la media del estado español, son peores que los de la media de la comunidad europea. Estamos mejorando en los niveles de sobrepeso, pero el porcentaje de obesidad no mejora en absoluto y eso nos preocupa.

Igualmente, en el uso y abuso de tabaco, alcohol y drogas de introducción muy precoz en nuestra comunidad y con un nivel de tolerancia social francamente preocupante. Y, por último, el uso precoz y abuso de pantallas y redes sociales con repercusiones ya conocidas y detectadas en el desarrollo cognitivo y en el comportamiento. Uso precoz y reiterado de pornografía con efectos en el comportamiento sexual del adolescente, contenidos violentos, bullying, etc.

¿Cuáles son los próximos retos que se plantea la ANPE?

Mantener el dinamismo de una sociedad tan pequeña debe pasar por una mayor implicación de los y las asociadas. Todos los esfuerzos en materia de formación; píldoras formativas, con sesiones cortas de 50 minutos sobre temas pediátricos de alto impacto, las jornadas anuales de pediatría de atención primaria, de las que hemos celebrado 27 ediciones, y las ediciones anuales de becas para la formación continuada, están dirigidos al colectivo de residentes y pediatras de nuevo cuño. La respuesta en términos de participación y uso de los recursos es muy buena; pero tenemos que conseguir más implicación en las actividades de la Asociación.

Debemos y queremos continuar en el proceso de traslado efectivo a la Administración Foral, del sentir y propósitos de las y los pediatras, trabajando tanto en grupos focales con otras sociedades científicas o asociaciones, como llevándolos directamente a sesiones de trabajo con los técnicos del departamento.

Vamos a continuar con más intensidad nuestra apertura a la sociedad civil, vinculándonos al trabajo de asociaciones no sanitarias, como por ejemplo la Asociación para la Adolescencia libre de móviles, o la Asociación para la defensa de la Sanidad Pública, dando soporte técnico y visibilidad al papel de la pediatría de atención primaria.

Finalmente nos planteamos que Pamplona sea, en un plazo no lejano, sede de alguno de los eventos congresuales de ámbito nacional que organiza la AEP. Por la capacidad de nuestro palacio de congresos y la logística hotelera, unas Jornadas de Inmunizaciones serían muy posibles. Lo identificamos como una gran oportunidad de estímulo y respaldo a las y los pediatras de la Comunidad Foral.