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La Sociedad Vasco-Navarra de Pediatría (SVNP) cuenta con 811 socios. Desde su fundación, en 1966, tiene una vocación de servicio público para mejorar la salud integral y los derechos de los niños y adolescentes de estas regiones, además de impulsar y promover el desarrollo de la especialidad. Su presidenta nos explica los próximos retos a los que se enfrenta la Sociedad.

Entrevista a Ainhoa Iceta Lizarraga, presidenta de la Sociedad Vasco-Navarra de Pediatría

¿Cómo ves la situación actual de la Atención Primaria en pediatría en estas regiones?

Desde ambas organizaciones sanitarias, la de Euskadi y la de Navarra, en estos últimos años se ha hecho un esfuerzo en reflexionar sobre la situación actual de la pediatría de Atención Primaria, valorando la posibilidad de llegar a los pacientes con una organización diferente, tanto de distribución geográfica como con distintos modelos de contratación.

Se han tenido en cuenta las áreas de difícil cobertura y valorado incentivarlas económicamente, aunque en la actualidad, para la mayoría de las nuevas pediatras, que cada vez más son mujeres, tiene mayor valor la conciliación familiar.

El problema está en que aterrizar estas nuevas propuestas de actuación choca con la rigidez del marco legislativo, lo que dificulta la aplicación de esos cambios.

¿Y en la atención hospitalaria? ¿Qué medidas mejorarían la asistencia?

Resulta de gran importancia integrar la pediatría primaria y la especializada, porque los pacientes son los mismos y cada ámbito tiene las competencias para atender de la mejor manera posible al paciente pediátrico.

El hospital debería estar destinado a que los pacientes estén el menor tiempo posible en ellos, siendo innegable que es donde debe primar la atención a la patología urgente y crítica de nuestros menores.

También tenemos que poner el foco en las enfermedades raras, que son la causa principal de la cronicidad y complejidad en pediatría. Para ello, estamos trabajando en la Red Únicas desde Navarra y País Vasco en conjunto con el resto de las comunidades. Debe potenciarse el diagnóstico rápido en estas patologías. En esto nos están ayudando mucho las nuevas técnicas diagnósticas genéticas, que también nos llevan a los tratamientos farmacológicos dirigidos, siendo un reto sanitario muy importante, por el alto coste que tienen. Pero todo este enfoque de la cronicidad y de los cuidados paliativos tiene que ir de la mano de la Atención Primaria, de manera integrada.

Otra medida fundamental para llevar esto a cabo es que hacen falta pediatras con competencias muy concretas, que se basan en las diferentes especialidades pediátricas y para ello deben estar reconocidas oficialmente.

Por otro lado, debemos fomentar la investigación traslacional, de aplicación a pie de cama, que sería interesante hacer de forma conjunta con Atención Primaria en temas que son transversales como la prematuridad, la diabetes mellitus, las enfermedades neurológicas… Todas ellas tienen una parte trascendental en el hospital, pero el seguimiento tiene que ser multidisciplinar, integrando a primaria y a otros actores como son las unidades de Atención Temprana, ámbito educativo, etc.

¿Cuáles son los problemas de salud en los niños vascos y navarros que más preocupan a los pediatras? ¿Cuál sería el camino para solucionarlos?

Un termómetro muy claro es lo que vemos en urgencias de pediatría. En los últimos años ha aumentado muchísimo la llegada de adolescentes con intentos autolíticos, con ansiedad, con agresiones sexuales, y todo es un reflejo de la pérdida de bienestar emocional que tienen. Sabemos que una de las causas de ello es la exposición temprana a pantallas. Según los datos de UNICEF, el 80% de los menores de 12 años en nuestro entorno ha tenido acceso a la pornografía.

Un recurso para atender parte de esta problemática es la puesta en marcha de las Barnahus para atender a los menores víctimas de agresiones sexuales. La de Navarra va a empezar su andadura en breve y se van a atender menores de 16 años y adultos con discapacidad intelectual. En Euskadi está muy avanzado el proyecto también.

Es importante que desde la SVNP difundamos la labor que vamos a llevar a cabo en las Barnahus de forma multidisciplinar con servicios sociales, educación, justicia y fuerzas de seguridad, sin olvidar que es necesario el trabajo con las familias para evitar el exceso de pantallas entre nuestros niños y adolescentes, y su consecuente acceso a la pornografía. Los pediatras tenemos un papel fundamental en fomentar las actividades en la naturaleza entre las familias.

Otra realidad que no podemos obviar es la pobreza infantil, que ronda en nuestras comunidades entre el 15% y el 20%, con problemas de vivienda y falta de entornos saludables. Debemos tener una visión integrada entre la salud, los derechos sociales y la educación.