Bulimia nerviosa: cómo se previene y se trata
La bulimia es una enfermedad mental y, como en todas ellas, no existe ninguna prueba válida o imprescindible para realizar el diagnóstico. El diagnóstico se realiza entrevistando al adolescente y a su familia. Es decir, es clínico. En la mayoría de los casos, cuando acuden a la consulta del médico, existe un conflicto entre la persona que padece el trastorno y sus familiares. Es habitual que lleven meses o incluso años de evolución.
Las personas con bulimia tienen un deseo intenso de perder peso, miedo a engordar y se sienten culpables por su comportamiento. El pediatra o el médico de atención primaria suelen ser los primeros a los que se les consulta y que detectan los comportamientos sugestivos de conducta alimentaria alterada. Ante la sospecha de un caso de bulimia nerviosa se debe remitir al afectado a un equipo de salud mental.
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