Entrevista al Dr. Quique Bassat Orellana




"Todos los residentes de Pediatría deberían hacer rotaciones formativas en países de baja renta. La experiencia no les defraudaría."

"El doctor Bassat combina su trabajo clínico con la investigación biomédica en las enfermedades que afectan a las poblaciones más pobres y vulnerables. Desde Mozambique, explica en esta entrevista el impacto positivo que tienen las ayudas de cooperación internacional."

- ¿Cuál es el principal objetivo de este Comité?

La Asociación Española de Pediatría (AEP) no ha sido ajena al interés creciente de los pediatras de nuestro país por la salud global y la cooperación internacional. Para canalizar estas inquietudes, en el año 2011 se creó un grupo de trabajo que ha promovido la sensibilización hacia la cultura de la cooperación y solidaridad en salud infantil en países en desarrollo. Este grupo, parcialmente reconstituido en 2018, tiene como objetivo aglutinar a aquellos pediatras y otros profesionales de la salud con intereses en estas áreas, así como fomentar la colaboración con otros grupos y comités de la AEP, con la visión de contribuir a reducir las brechas en salud materno-infantil a través de la formación específica de nuestros pediatras en el área de salud global y cooperación internacional.

 

¿Qué tipo de actividades realiza para lograrlo?

Las actividades de nuestro grupo se centran en tres pilares: el apoyo a la mejora de la labor asistencial en los países de bajos recursos, la formación en salud global y cooperación internacional, y la investigación en salud global, entendida como aquella investigación con un alto impacto en salud pública, y diseñada para solucionar los problemas de las poblaciones más vulnerables en los países más pobres.

 

El grupo pretende también ejercer dentro de la AEP como referente en el tema de la diseminación y la abogacía en aquellos temas relacionados con la salud pediátrica global y la cooperación internacional, aunando así esfuerzos y apoyando acciones y actividades de otros grupos pertenecientes a la AEP que puedan también estar relacionadas con la cooperación.

 

¿Qué destacaría de los proyectos de cooperación internacional? ¿Qué satisfacciones le han proporcionado?

El apoyo financiero de la Fundación Española de Pediatría permite, a través de una convocatoria anual canalizada por nuestro grupo, incentivar de forma estable proyectos de cooperación en aquellos lugares del mundo que más lo necesitan, centrados siempre en la mejora de la calidad de vida de los niños y sus madres. Es, sin lugar a duda, una de nuestras grandes satisfacciones, al mismo tiempo que un dolor de cabeza, porque solo podemos financiar un máximo de dos proyectos y la mayoría son ¡buenísimos! Cuando en cada congreso de la AEP escuchamos a los ganadores de las becas del año previo explicarnos lo mucho que han conseguido con nuestra ayuda, nos damos cuenta del inmenso poder que tienen las ayudas a la cooperación internacional.

 

¿Por qué los pediatras deben participar en este tipo de proyectos?

Entendemos que cualquier pediatra vocacional debe ser sensible a los problemas de salud de los niños (y sus madres) allí donde estos son más frecuentes, y al mismo tiempo más difíciles de solucionar por falta de recursos humanos y financieros. Entendemos que es un tema de justicia social. No se puede ser pediatra y girar la cara a los problemas de los niños de los países pobres, que en algunos casos son específicos (y diferentes de los que vemos en nuestro medio), pero en la mayoría son los mismos solo que multiplicados exponencialmente. Nosotros lo que intentamos promover es que los pediatras tengan acceso a los medios y la formación adecuada para que puedan hacer bien su trabajo en entornos donde van a tener menos medios y apoyos de lo habitual en nuestro mundo. Es inaceptable, por poner un ejemplo, que durante toda mi formación médica (6 años de Medicina, 1 de preparación al MIR, y 4 de residencia de pediatría) tan sólo me dieran 30 minutos de clases sobre la malaria, cuando es una enfermedad que ¡mata a medio millón de niños al año en el mundo!

 

¿Qué experiencias se aprenden sobre "el terreno"? ¿Cómo cambia la práctica clínica?

No hay un único terreno, y las experiencias pueden ser muy diferentes, pero el denominador común suele ser una carga asistencial desmesurada, un volumen de patologías infecciosas enorme y una ausencia o escasez de medios preocupante. El pediatra que vive el terreno por primera vez suele frustrarse muchísimo por la escasez de medios, la “parsimonia” secundaria al déficit crónico de personal clínico y de enfermería (¿Cómo puede gestionar una única enfermera por ejemplo una planta entera de pediatría llena a rebosar?) y sobre todo por la elevada mortalidad, que suele ser muy difícil de digerir (sobre todo por que deriva a menudo de enfermedades fácilmente curables, pero que llegan ya en un estadio demasiado avanzado). La práctica clínica explota el ingenio, el reciclaje y el sentido común.

 

A la hora de otorgar subvenciones a proyectos internacional de la FEP, ¿qué criterios se tienen en cuenta?

Cada uno de los miembros de nuestro comité tiene por descontado sus propios criterios, basados en experiencias previas, pero en común lo que buscamos son proyectos con impacto directo y tangible en indicadores básicos de supervivencia infantil. Cuando me dicen que un proyecto con unos pocos miles de euros de subvención va a afectar la vida de cientos de miles de niños suelo ser muy escéptico, y prefiero ver que lo que proponen se ha pensado para un número de niños realistas. Solemos preferir también los proyectos fuertemente anclados en contrapartes locales, para fomentar la sostenibilidad a largo plazo. 

 

Una de las actividades que realizan anualmente es el concurso de fotografía. ¿Cómo surgió este concurso? 

La idea es reflejar la realidad de lo que los pediatras nos encontramos en el terreno, las dificultades de la asistencia clínica, y sobre todo la dignidad de los trabajadores de salud y sus pacientes en los entornos más desfavorecidos. Desgraciadamente, en los últimos años hemos comprobado que muchas de las fotos que nos llegan suelen ser selfies de “salvadores blancos” rodeados de enfermedad y pobreza, que se alejan mucho de nuestra intención original. Esto ha motivado una reflexión de los miembros del grupo para modificar las normas y que estas reflejen el objetivo del concurso.

 

- ¿A quién tiene que dirigirse un pediatra que quiera llevar a cabo un proyecto de cooperación?

Pueden dirigirse por mail a mi como coordinador de este grupo de trabajo, o a la AEP. a cualquiera de los dos emails que constan en la convocatoria de ayudas. Es más, yo animo a todos los residentes de pediatría a que busquen algún lugar para realizar rotaciones formativas en países de baja renta. Por ejemplo, desde el Instituto de Salud Global de Barcelona coordinamos un proyecto en Mozambique. La experiencia no les defraudará. 

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