El Comité de Lactancia Materna en desacuerdo con el libro “Víctimas de la lactancia materna. ¡Ni dogmatismos ni trincheras!”



Comité de Lactancia Materna

Ante las informaciones aparecidas acerca del próximo lanzamiento del libro “Víctimas de la lactancia materna. ¡Ni dogmatismos ni trincheras!” del Dr. González Cano, desde el Comité de Lactancia Materna de la AEP queremos expresar nuestro total desacuerdo con las opiniones expresadas por el autor del libro en la contraportada y en la nota de prensa del acto de presentación, que contradicen los beneficios, demostrados científicamente, de la lactancia materna en la salud infantil.

Con el objetivo de evitar posibles confusiones en la población, con base en la información en estos momentos disponible, y a falta de disponer de más detalles sobre el libro, queremos manifestar que:

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS)(1), la Unión Europea (UE)(2) y el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP)(3) recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, y complementada con otros alimentos hasta los 2 años o más, esto es, hasta que la madre y el bebé lo deseen. De acuerdo con la evidencia científica actual, la lactancia materna es el gold standard en salud hoy en día, también en países desarrollados.
  • Es muy importante respetar los deseos de las madres que han tomado una decisión informada sobre el método de alimentación que van a seguir con sus hijos. Por ello, exigimos respeto para las madres que optan por la lactancia materna (que son entre el 80 y 90% (4)), así como las que optan en cualquier momento por la lactancia artificial. Desde aquí pedimos que no se cree un enfrentamiento innecesario entre ambas opciones, que son igualmente respetables.
  • Muchos de los problemas que se mencionan (hipogalactia -que raramente es una hipogalactia real-, grietas, vuelta al trabajo) son las principales causas de destete precoz e involuntario (5), pudiéndose solventar estos problemas frecuentes con un apoyo adecuado por parte de profesionales bien formados y motivados.
  • Es responsabilidad de los pediatras supervisar el crecimiento de los niños y, en el caso de que se encuentren dificultades, buscar las causas y ofrecer soluciones, junto con la familia. A partir de los 6 meses, una dieta variada y rica en hierro aporta, junto con la lactancia a demanda, todos los nutrientes necesarios (1).
  • No hay evidencia científica que relacione la lactancia materna prolongada con ingresos hospitalarios por desmedro. Si un niño está desnutrido (o anémico o presenta raquitismo) es nuestro deber como pediatras buscar la causa y ofrecer soluciones, junto con la familia.
  • La lactancia materna es beneficiosa tanto para la salud del niño (diminución de infecciones respiratorias, otitis y diarreas, menos ingresos hospitalarios,  menor riesgo de muerte súbita del lactante, enfermedades autoinmunes y obesidad, entre otros), como de la madre (menor riesgo de hemorragias en el postparto, cáncer de pecho y de ovario, diabetes, enfermedades cardiovasculares y depresión) y sus beneficios son más evidentes a mayor tiempo de lactancia (6,7).
  • No hay evidencia científica que postule que la lactancia materna suponga un mayor riesgo de ingestión de mercurio y de pesticidas (8).
  • Tampoco hay evidencia que asocie la lactancia prolongada con problemas psicológicos ni de desajuste social, sino al contrario, está demostrado que la lactancia materna se asocia a un mejor desarrollo cognitivo y emocional del niño (9-11).
  • Respecto a la relación entre la edad del destete y la adaptación a los nuevos alimentos, este Comité quiere recordar que hasta los 12 meses de edad, los nuevos alimentos que se van introduciendo en la dieta del bebé, son alimentos “complementarios” de la lactancia materna, que sigue representando la principal fuente de nutrientes (12). En la aceptación por parte del niño de nuevos sabores y texturas en su dieta intervienen muchos factores (13-15) y se sabe que los bebés toleran mejor la introducción de nuevos alimentos si están recibiendo lactancia materna (16).

Por último, desde el  Comité de Lactancia Materna queremos dejar claro que la lactancia materna no es una moda, sino el patrón normal en la alimentación de nuestra especie y al mismo tiempo apelar a la responsabilidad profesional de ofrecer a la sociedad información sobre lactancia materna basada en evidencia científica demostrable.

Comité de Lactancia Materna de la AEP

Referencias bibliográficas

  1. OMS | Estrategia mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño [Internet]. WHO. [cited 2014 Dec 26]. Available from: http://www.who.int/nutrition/topics/global_strategy_iycf/es/
  2. EU Project on Promotion of Breastfeeding in Europe. Protection, promotion and support of breastfeeding in Europe: a blueprint for action (revised). [Internet]. European Commission,  Directorate Public Health and Risk Assessment, Luxembourg; 2008 [cited 2015 Feb 3]. Available from: http://www.aeped.es/sites/default/files/6-newblueprintprinter.pdf
  3. Asociación Española de Pediatría. Manual de lactancia materna. De la teoría a la práctica. Madrid: Ed. Médica Panamericana; 2008.
  4. Lutsiv O, Pullenayegum E, Foster G, Vera C, Giglia L, Chapman B, et al. Women’s intentions to breastfeed: a population-based cohort study. BJOG Int J Obstet Gynaecol. 2013 Jul;n/a – n/a.
  5. Odom EC, Li R, Scanlon KS, Perrine CG, Grummer-Strawn L. Reasons for earlier than desired cessation of breastfeeding. Pediatrics. 2013;131(3):e726–32.
  6. Bartick M, Reinhold A. The Burden of Suboptimal Breastfeeding in the United States: A Pediatric Cost Analysis. Pediatrics. 2010 May 1;125(5):e1048–56.
  7. Bartick MC, Stuebe AM, Schwarz EB, Luongo C, Reinhold AG, Foster EM. Cost Analysis of Maternal Disease Associated With Suboptimal Breastfeeding: Obstet Gynecol. 2013 Jul;122(1):111–9.
  8. Díaz-Gómez NM, Ares S, Hernández-Aguilar MT, Ortega-García JA, Paricio-Talayero JM, Landa-Rivera L, et al. Contaminantes químicos y lactancia materna: tomando posiciones. Anales de Pediatría [Internet]. Elsevier; 2013 [cited 2015 Feb 3]. p. 391–e1. Disponible en: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1695403313001604
  9. Anderson J, Johnstone B, Remley D. Breast-feeding and cognitive development: a meta-analysis. Am J Clin Nutr 1999; 70: 525-535.
  10. Richards M, Ardí R, Wadsworth ME. Long-term effects of breastfeeding in a national cohort: educational attainment and midlife cognitive function. Public Health Nutrition 2002; 5: 631-635.
  11. Jain A, Concato J, Leventhal JM. How good is the evidence linking breastfeeding and intelligence. Pediatrics 2002; 109: 1044-1053)
  12. Dewey KG. Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado. Wash DC Organ Panam Salud. 2003;
  13. Davis CM. Self Selection of Diet by Newly Weaned Infants: an Experimental Study. Nutr Rev. 1986;44(3):114–6.
  14. Davis CM. Results of the self-selection of diets by young children. Can Med Assoc J. 1939;41(3):257.
  15. Townsend E, Pitchford NJ. Baby knows best? The impact of weaning style on food preferences and body mass index in early childhood in a case–controlled sample. BMJ Open. 2012;2(1):e000298.
  16. Nicklaus S. Children’s acceptance of new foods at weaning. Role of practices of weaning and of food sensory properties. Appetite. 2011;57(3):812–5.
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