- La resonancia magnética se plantea como alternativa más segura aunque su disponibilidad es menor y exige adaptaciones para utilizarla en población infantil
- Una sola exposición a pruebas ionizantes, como la tomografía computarizada o la radiografía, incrementa el riesgo de mutaciones susceptibles de causar tumores
Valencia, 7 de junio de 2025.- La Asociación Española de Pediatría (AEP) [2], en el marco de su 71º Congreso Nacional [3], ha defendido la necesidad de cambiar la tendencia actual de realizar cada vez más pruebas radiológicas a la población infantil, siendo éstas prescindibles en muchas ocasiones. Así lo ha puesto de manifiesto el doctor Ignacio Delgado Álvarez, especialista en radiodiagnóstico del Hospital Universitari Vall d'Hebron en su ponencia titulada ‘¿Qué no hacer en radiología pediátrica?’.
El experto ha explicado que la radiación de algunas pruebas como la tomografía computarizada (TC, conocida popularmente como escáner) o las radiografías actúa de forma acumulativa en la población infantil, pero “una sola exposición ya aumenta el riesgo de mutaciones genéticas como las que propician tumores”.
“A veces parece que si vas a urgencias con un niño y no le hacen una placa y un escáner es que no le han mirado, pero existen otras formas más seguras de realizar diagnósticos”, asegura Delgado. “La prueba que menos irradia es la que no se utiliza”, añade.
En este sentido, el especialista ha detallado cinco patologías en las que suelen realizarse pruebas radiológicas ionizantes de más:
- Macrocefalia: No debe alarmarse a los padres si su hijo tiene la cabeza más grande que la media, pues casi todas las causas son benignas. Con una ecografía sería suficiente para descartar enfermedad cerebral. No son necesarias pruebas que utilicen radiaciones.
- Cefalea: La gran mayoría de los dolores de cabeza no revisten gravedad. Se debe consultar con urgencia si el dolor es tan intenso que despierta al niño durante la noche y va incrementándose con el paso de las horas, vomita, ve doble o tiene un comportamiento y una manera de hablar extraños. De necesitarse una prueba, el especialista recomienda la TC si es una urgencia, si no, la resonancia magnética.
- Traumatismo craneoencefálico: La TC craneal es la prueba de imagen de elección para el diagnóstico de traumatismo craneoencefálico en niños, especialmente cuando se sospecha que puede haber una lesión intracraneal. No obstante, es importante que los hospitales tengan protocolos para evaluar por riesgo a los pacientes y que no se realice la prueba por defecto, pues ésta transmite radiaciones. Antes de hacer la prueba, si no ha habido presencia de vómitos y mareos, se considera adecuado que el niño esté unas horas en observación en el hospital y si se mantiene sin alteraciones, dar de alta con indicaciones para los padres.
- Problemas relacionados con la columna vertebral: siempre se priorizarán exploraciones que no irradien, como en el caso de los hoyuelos o fositas sacras inter glúteas donde una ecografía será suficiente para descartar afectación de la médula espinal.
- Sinusitis: Por lo general, no está indicado realizar pruebas de imagen de forma rutinaria en casos de sinusitis aguda en niños. Estudios como las radiografías o la TC deben reservarse para situaciones concretas, como cuando el tratamiento no resulta efectivo, los síntomas se agravan o existe sospecha de complicaciones serias.
Servicios de radiología pediátrica más amigables
Como explica el doctor Delgado, “optar por pruebas no ionizantes, como la resonancia magnética, a veces nos hace renunciar a la inmediatez del diagnóstico, porque no está tan disponible como el TC o la radiografía, pero ésta es más ajustada y segura para los niños”. Reconoce que este tipo de prueba requiere que el paciente esté mucho más quieto, algo complicado para los menores de 4 o 5 años, a los que se suele sedar para ello. En este sentido, cada vez se está haciendo un esfuerzo mayor por humanizar los servicios de pediatría de los hospitales utilizando material audiovisual que haga más llevadera la exploración a los más pequeños, lo que facilita la transición a este tipo de pruebas: “Tengo pacientes muy pequeños que no quieren que termine la resonancia porque están entretenidos viendo la película ‘Frozen’”, confiesa este radiólogo pediátrico.
La humanización de los hospitales consiste en ofrecer una atención médica más cercana y respetuosa, que valore no solo la salud física del paciente, sino también su bienestar emocional. Ese enfoque integral, entre otros aspectos, promueve un entorno hospitalario acogedor, con diseños agradables y estrategias para que, sobre todo los niños, se sientan más a gusto. “Sin duda, debemos ir por ese camino en los servicios de radiología infantil y poner mucho sentido común”, concluye el especialista.
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